miércoles, octubre 10, 2007

De La Bolsa a Staten Island (o la estatua para pichirres)


Una de mis grandes preocupaciones cuando arribé a NYC era que no desaparecieran mis dólares sin siquiera notarlo y como acá casi hasta aire se paga, hay que agarrar la cartera como el Doctor Chapatín hacia con su bolsa de papel.
Sin embargo, para aquellos que no deseamos pagar al menos 12 dólares por ir a ver La Estatua de la Libertad, el ferry de Staten Island es una verdadera opción. Obvio que no desembarca en la isla de la señora de la antorcha ni se para cerquita para que los vivos nos aprovechemos pero pasa lo suficientemente cerca como para decir: aquí estuve (y sacarse la impelable foto).
Pero si la estadía en Staten Island se les hace monótona y no desean, como este servidor, quedarse un rato en el malecón divisando Manhattan, pueden regresar rápidamente y caminar por donde se mueve una muy buena parte del dinero que circula en este planeta. Desde el edificio de la Fed hasta la Bolsa de Nueva York el hacinado distrito parece moverse a mayor ritmo que el resto de la ciudad. A mi no me interesó ver a los corredores cayéndose a golpes en la rueda así que ni me molesté en entrar.
Las calles son angostas y los edificios muy altos así que mucha sombra se puede conseguir, de resto, puro rascacielos. Cuidado con el cuello y los mareos.
Un paseo que vale la pena e hice fue a los viejos muelles. De ahí se divisa el puente de Brooklyn y algunos veleros anclados en el puerto.
Pero lo que si me pareció impelable (como a las millones de personas que pasan por ahí) fue sacarme la foto con el toro de Wall Street, ese que fue puesto como representación de la prosperidad. Luego de esperar que un autobús repleto de turistas me acerqué y pedí a una pareja de chicos intercambiaramos roles de fotógrafos para pasar a la posteridad. Digan “neceser”.

No hay comentarios.: