sábado, septiembre 29, 2007

Verde que te quiero verde


Ya dije que Washington DC era muy verde, verdad? En estos días de otoño todo luce maravilloso en la capital estadounidense a no ser por la invasión de mosquitos principalmente en las zonas de fuentes y “memorials”, que de eso tiene bastante esta ciudad. Creo que acá la memoria es grande, incluso vi que existe un Garfield Memorial, que elijo pensar que no se trata del gato de las historietas.
La población negra abunda acá, de esos que llaman afro-american (algunos efectivamente llevan afro). Dicen que acá es uno de los pocos sitios donde el proletariado aún es negro y no latino, pero creo que falta poco ya que las caras latinas aparecen con frecuencia. Los homeless están en todas las plazas con estilos muy particulares.
Cuando caminas por esta ciudad es inevitable recordar al personaje más famoso que ha parido esta nación: Forrest Gump. Desde el Lincoln Memorial, uno de los más emblemáticos sitios y cuya extensa fuente inmóvil es el mayor criadero de insectos y cuna de aromas dejados por los patos en el borde, uno recuerda al simpático personaje cuando en una protesta de comeflores saltaba por la fuente para abrazar a la chica aquella.
A pesar de que todo “esta cerca” como dicen, creo que el mejor término a emplear es que todos los puntos de interés están en una misma área, porque para llegar del Monumento a Washington (el obelisco gigante) hasta el Lincoln Memorial es como caminarse entero el Paseo Los Proceres de Caracas o la 9 de Julio en Buenos Aires. Ni hablar de la distancia del obelisco hasta el Capitolio, que por cierto es el edificio más alto de la ciudad, es decir que todo es bien plano por acá.
Los edificios son todos monumentales, lo que Freíd diría es una insuficiencia con otros tamaños jejejeje. Los museos abundan y los patrocinados por el Smithsonian son gratis. Hay de todo, desde el fósil de un Tiranosaurio Rex hasta un enorme Lichtenstein en las puertas de Hirshhorn Museum. El Mall, que es el área donde confluye la mayoría de estos sitios, es el espacio que lleva al Congreso. Africanos, indios y aviación son algunos de los museos.
En la zona central no se ven muchos McDonalds o Burger King. Aparecen más Subways y Starbucks que otra cosa. Si el hambre lo ataca, una opción son los baratos carros de perrocalientes.
Temprano un sábado, el DC luce desahabitado y hasta puedes encontrar con un maratón deportivo, de resto, las marchas y protestas abundan pero nada divertidas ni violentas como las de América Latina. Demasiada civilidad.

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