jueves, enero 31, 2008

Noticias de un secuestro (y nada que ver con el Gabo)


2am. Suena el celular, pienso que es la alarma y ya son las seis, pero no, es mi jefe quien supongo me llama para algo más que consultarme si creo que es necesario ir a Altragracia de Orituco a cubrir un secuestro en una entidad bancaria.
3am. En medio de la noche abordo un taxi con destino a la mencionada localidad. Sin sweter o cualquier otro artículo para cubrirme del inclemente frio. Oscuridad y carretera parejo, huecos, casitas, monte y más monte. Empiezo a ver un amanecer precioso en tonos rojizos en medio del campo.
6am. Llegamos a Altagracia y me bajo en el Banfoandes para poder pagar los 300 bolos fuertes del taxi. El cajero me da 350 en puro billete de 10. Mento madre.
6.15. El tumulto me indica pa donde es que voy. Confusión y curiosidad amanece en los pobladores que esperan nerviosos un desenlace feliz de la historia. Canta el himno nacional.
7am. Ya aclimato y empiezo a hablar con familiares y pobladores. Me presento ante el fiscal que me huye como si viera un fantasma. Diagonal veo la panadería y la veo con convencimiento que será mi único medio con eso que llaman alimentarse.
8am. Desayuno tres diminutos pancitos semidulce y un jugo de durazno. Empieza la zozobra y los familiares piden la ambulancia con la que los asaltantes planean escapar del lugar llevandose unos rehenes.
A medida que pasan los minutos pierdo el sentido de qué hora es. Busco más declaraciones, informo a la oficina de lo que pasa y develo que hay tres ciudadanas españolas entre los abducidos.
Nunca es más cercano al drama humano que cuando personas de distintas clases sociales, grados de instrucción y razas, te relatan sus historias similares de dolor mientras rezan porque sus seres queridos salgan vivos de tan difícil situación.
Me acerco a sus historias personales pero haciendo ver que me mantengo en mi posición de periodista. Una joven se emociona cuando su novio la llama desde dentro del banco para decirle que está bien y que no se preocupe. Poco tiempo después logro que el rehen me atienda a mi el teléfono y me relate en primera persona lo que le estaba pasando allá adentro.
11am. Todo casi estancado. Los asaltantes muestran un objeto por la ventana que dicen es un presunto artefacto explosivo, pero luce muy casero. Yo ya he perdido la galanura y la batería del celular está cargándose de nuevo por el intenso uso.
1pm. Liberan a una empleada del banco. La gente tiene esperanzas mientras ella luce desesperada por quienes se quedan adentro. El fiscal, ahora con menos temor, me dice que han empezado a liberar, que poco a poco irán saliendo.
Ya cerca de las 2pm, los rehenes se asoman a los ventanales del banco mostrandose desesperados de sus más de 24 horas de cautiverio. Mientras golpean los vidrios pidiendo ayuda, uno de los vidrios se rompe, la gente corre, todo el mundo empieza a gritar y se escucha una detonación. Los familiares de los rehenes gritan y lloran y la policía desaloja tan pronto como puede el área más cercana la banco. Todos al piso, la gente llora y la agitación da un olor a pronto desenlace.
2.15pm. Los asaltantes dan un tope de espera de 20 minutos para que la policía les dé la ambulancia o empiezan a ejecutar progresivamente a los rehenes. Las autoridades acceden.
2.30pm La ambulancia se estaciona frente al banco y uno de los rehenes la chequea, para luego abordarla plagiarios y rehenes. Poco después sale la unidad con rumbo desconocido. Una ola de gente, entre medios, familiares y curiosos, corre hacia la agencia bancaria. Corro con ellos y en medio del tumulto y los empujones me llega un mensaje que dice: "si no vas a sacar plata del cajero, quitate jeje. Sonrie a las cámaras". Eso me hace caer en cuenta que estoy en vivo con telefono en la oreja relatando todo a la oficina y el otro tomando fotos.
En esos 20 minutos frente al banco, son los únicos minutos que llevo de sol y menos mal porque casi me gratino.
Termina el despelote, vienen las declaraciones, palabras, buscar a los rehenes para preguntarles sobre qué pasó adentro. Correr al hospital, citas, entrevistas y luego, cono todo el cansancio del mundo volver al sitio de reunión con mis compañeros.
5pm. Abandono el pueblo de Altagracia, al que por fin conocí aunque no en las mejores situaciones. Tres horas y media después estaré en Caracas, no sin antes perdernos en el camino y llegar a San Sebastian de los Reyes.
9.30pm. Cierro los ojos.

No hay comentarios.: