La señorita de este foto viajaba un buen día en el Metro de Caracas con esa franelilla que para aquellos que no entiendan decía: No me odies por ser bonita. A pesar de no querer realizar juicios de valor, estoy convencido que nadie tendría por qué odiarla, claro, me refiero a que en este país hay muchas mujeres bonitas.
viernes, mayo 18, 2007
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